Madrid, 7 de febrero 2023.- Un planeta con más de 8.000 millones de nombres nos lleva, irremediablemente, a convivir con millones de: “Andrés”, “Sofia”, “Esteban”, “Pedro”, “Isabel”, “María”, “Iván”, “Marina”, “Guillermo”, “Paula”…Y lo único que nos puede diferenciar, segmentar o identificar son nuestros apellidos. Esto mientras esperemos a que un software, por ejemplo, nos asigne un código único (blockchain) de 50 o 100 cifras, reflejo de nuestro ADN.
En mi caso lo que me diferencia, segmenta e identifica es: “Schoendorff”. Un apellido con 11 letras, 8 consonantes y 3 vocales, dispuestas así:

El árbol genealógico, escudo heráldico y la historia del nacimiento, crecimiento y evolución de la Saga “Schoendorff” en Europa es apasionante y digna de ser contada con más tiempo y detalle.
Mi intención hoy es sólo un reclamo a Internet y a sus magníficos buscadores. Cuando necesitas una marca, un gran deportista, una actriz, el título de un best seller, siempre aparece, aunque escribas mal su formulación. Debería ocurrir lo mismo con cualquier ser humano y cualquier nombre. Por ejemplo, buscas un Cirujano Maxilofacial y Oral y escribes:
Guillermo Suendor
Guillermo Chuendo
Guillermo Soendorf
Guillermo Schoendorf
Guillermo chuendorfff
El resultado ideal es que apareciera como primer resultado:
Guillermo Schoendorff
Cada vez que un cliente llega a mi consulta y me asegura que no me ha encontrado en Internet pienso que esta petición arreglaría parte del problema. En cualquier caso, cuando una persona necesita encontrar a un Cirujano, de cualquier especialidad, lo suele conseguir por los canales de comunicación tradicionales. Aquellos basados en la confianza, la recomendación y el buen hacer.
En definitiva, hoy he tratado una de las patologías de nuestra estresante vida digital. El ser encontrado cuando te buscan en la pantalla del móvil, la tableta, el reloj inteligente o el ordenador.
Y mi tratamiento siempre ha sido, desde el año 2002, mejorar la vida de mis pacientes. Así lo seguiré haciendo gracias a las opiniones de mis clientes.
Nota: Espero que en el metaverso, (futuras realidades virtuales), me encuentren antes por mi imagen o por mi voz.

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